La práctica de yoga es una actividad que se puede adaptar a cualquier edad. El yoga para niños cuenta con infinidad de beneficios y herramientas. Desde la relajación o respiración consciente hasta técnicas de mindfulness para potenciar su concentración.

Descubre en este post cómo introducir a los más pequeños de la casa en el mundo del yoga. ¡Se lo pasarán en grande mientras aprenden a implementar buenos hábitos para su futuro!

El yoga es una herramienta para enseñar a los más pequeños a mantener una actitud positiva en la vida. Con su práctica los niños disfrutarán de una actividad lúdica mientras obtienen beneficios directos para su salud.

Beneficios del yoga para niños: diversión y salud

  • Beneficios físicos. Mediante la práctica de yoga se fomentan buenos hábitos relacionados con la postura. Además de potenciar el desarrollo de músculos y flexibilidad de articulaciones.
  • Tranquilidad, calma y relajación. El yoga incluye gran variedad de ejercicios para calmar a los más pequeños. Con el tiempo, aprenderán a controlar la respiración y el equilibrio interno.
  • Reducción de los niveles de ansiedad y estrés a través del control de la respiración. Contribuye a canalizar su energía y reafirmar su autoestima.
  • Concentración. Uno de los beneficios directos de practicar yoga es que incrementa la concentración y evita las distracciones. De esta forma, los más pequeños mejorarán la habilidad para estudiar.
  • Mejora y estimula el autocontrol. Las diferentes técnicas aplicadas al yoga les ayudará a los más pequeños a gestionar sus emociones.
  • La práctica de yoga aumenta la capacidad de aprendizaje de los más pequeños. Sus ejercicios contribuyen a mejorar su atención, percepción y memoria.
  • Diversión. Además de los beneficios para la salud, el yoga para niños es una práctica divertida y dinámica. Con sus ejercicios, mantendrás entretenidos a los más pequeños de la casa.
  • Armonía familiar. El yoga es perfecto para realizar actividades familiares en conjunto y disfrutar del entorno. ¡Os sentiréis más unidos que nunca!

Posturas fáciles de yoga para niños

  • El gato

La postura del gato es una posición sencilla que fortalece la columna y el tren superior. Para realizarla, partiremos de una posición a cuatro patas. En primer lugar, se realiza una inspiración levantando la cabeza y arqueando la espalda.

Acto seguido, soltaremos el aire poco a poco redondeando la espalda. Acercaremos la barbilla al pecho, con las manos apoyadas en el suelo. Se puede repetir el ejercicio de tres a cinco veces.

  • El perro

Otra postura ideal para los más pequeños. Colocaremos las manos y rodillas en el suelo. Inspiramos y levantamos las rodillas del suelo. De esta forma, como si fuéramos un perro que se estira, alargamos las piernas y los brazos.

Aguantaremos cinco segundos con la cabeza mirando hacia nuestros pies. Volvemos a apoyar las rodillas y descansamos.

Repetiremos el ejercicio tres veces.

  • El árbol

Es una de los ejercicios de yoga para niños más practicados. Partiremos de una posición de pie con las piernas juntas y los brazos extendidos.

Flexionaremos la pierna derecha apoyándola sobre el muslo izquierdo, en forma de triángulo. Juntamos las palmas de las manos por encima de la cabeza y respiramos profundamente.

Repetimos el ejercicio cinco veces.

Tips a la hora de practicar yoga para niños

  • Utiliza música para estimular la imaginación y creatividad de los niños
  • Emplea técnicas de respiración que fomenten la relajación y calma
  • Busca formas creativas de estimular las prácticas con juegos. Por ejemplo, imitar posturas de animales. Recuerda que el yoga para niños cuenta con infinidad de opciones para variar las prácticas.
  • Incluye las posturas de manera gradual. Comienza enseñándole a respirar y relajarse. Poco a poco, deberás variar las posturas para que los más pequeños no pierdan la concentración.
  • Practica la rutina como un juego. Para los más pequeños, la rutina de yoga es un momento de diversión y desconexión. ¡Contribuye a que se lo pasen en grande y quieran continuar!
  • Los expertos recomiendan comenzar la práctica de yoga a partir de los 3-4 años. En esta edad se encuentran en pleno desarrollo de sus habilidades.

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